HUEVOS AL PLATO SIN EL PLATO

HUEVOS AL PLATO SIN EL PLATO, 1932

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El huevo “blando”, un tema apreciado por Salvador Dalí, quien lo asigna a las imágenes prenatales y al universo intrauterino.

Dalí afirmaba que podía recordar el tiempo que estuvo en el útero de su madre, y así lo relaciono con el huevo, duro por fuera y blando por dentro. Fue un símbolo recurrente en toda su obra pues lo utilizó para referirse al nido, a su hogar.

El es el que cuelga de un hilo, cerca de otros objetos alusivos a su padre y quizás a su hermana y a su hermano.

En ésta composición, se impone de forma rotunda una estructura en ángulo recto, que puede recordar bien a escalones bien a un edificio de perfil moderno.

En la pared cuelga un objeto -similar a un paraguas rojo- y un reloj de cadena cuya silueta empieza a derretirse. Como ya hemos visto anteriormente, esta peculiar iconografía del reloj blando acabada de instaurarse con una obra como, La persistencia de la memoria (1931). 

En la parte superior de esa estructura, hay una especie de ventana en la cual, se puede apreciar cómo dos figuras, un adulto y un niño, están asomadas.

LIBERTAD

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LIBERTAD (1991)

 

Dibujo realizado con tinta, en el cual quise simbolizar la libertad. Una esfera abierta de la cual surge un hombre, que es atrapado por una imaginaria mano.

Las esferas, abiertas como un huevo simbolizan la vida, el nacimiento de una persona con alas que simboliza la  libertad, con la cual llegamos a este mundo, la mano que lo atrapa simboliza esta sociedad que enseguida nos la arrebata.

 

«Para la libertad», Miguel Hernández

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.